jueves, marzo 30, 2006
jueves, marzo 02, 2006
40 AÑOS DEL CODITO
CON LAS REINAS DE LOS CERROS ORIENTALES EN LOS CUARENTA AÑOS DEL CODITO UN BARRIO CON HISTORIA Y FUTURO PARA LA LOCALIDAD UNO.
LA VERDAD DE NUESTROS CERROS
HOGAR DEL BARRIO CERRO NORTEMarzo 1 de 2006(EL TIEMPO)
Detectan 1.200 construcciones en la reserva forestal de los cerros orientales de Bogotá
La denuncia fue hecha por la directora de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR). Aún no se sabe si son legales o ilegales.
Gloria Lucía Álvarez advirtió que tal situación requiere que el Distrito tome urgentemente medidas drásticas y de choque, para controlar las construcciones ilegales que pueden seguir extendiéndose en la reserva.
Al mismo tiempo, advirtió que si la Nación, la CAR y el Distrito no actúan coordinadamente y definen cómo proteger la reserva, los bogotanos corren el riesgo de quedarse hasta sin cerros. "La presión urbanística en una ciudad como Bogotá es tan grande, que la reserva y los cerros no se pueden defender con tres guardabosques".
La CAR es el organismo responsable de administrar las 14.116 hectáreas que tiene la reserva forestal de los cerros orientales. Y el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo le dio plazo hasta abril para expedir el plan de manejo de esa reserva.
La directora de la CAR, después de casi un año de silencio sobre estos temas, habló con EL TIEMPO sobre estos temas.
¿Cuál es el diagnóstico que tiene hoy la CAR sobre los cerros orientales?
En nuestra labor de control, hemos detectado una situación preocupante: ¡Hay 1.200 frentes de construcción en la reserva!. No sabemos si todas son ilegales. Pero es urgente tomar medidas de choque drásticas para controlar la urbanización ilegal.
¿Y quién debe tomar esas medidas?
El Distrito, que tiene la competencia para imponer sanciones urbanísticas. El control al urbanismo ilegal debe ser una de las metas más importantes que el Distrito se debe trazar.
¿Qué está facilitando esa construcción ilegal?
La indefinición en tomar medidas (mientras sale el fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca). Eso es lo que va más en contra de la reserva. Con una definición jurídica, la gente tiene reglas de juego claras: primero para que el Estado tome decisiones; segundo, para que el particular sepa a qué está obligado en una zona declarada del mayor interés ambiental por el Gobierno Nacional.
Si la CAR administra la reserva, por qué no puede controlar obras ilegales o edificaciones como las levantadas en los cerros del norte de Bogotá, cerca de la Calera y de la represa San Rafael?
La Corporación no tiene competencia por ley, para controlar la urbanización ilegal. Esa sanción urbanística le corresponde en Bogotá a las alcaldías locales, y en La Calera al alcalde municipal. Si se construyen cinco o seis pisos en la reserva, es labor de los entes territoriales controlar esas obras.
Mientras sale el fallo del Tribunal Administrativo sobre la redelimitación de los cerros y las autoridades toman decisiones, ¿los bogotanos nos vamos a quedar sin cerros?
Si no hay una acción decidida del Estado, creo que tenemos ese riesgo, porque la presión urbanística en una ciudad tan grande no se defiende con tres guardabosques. Hay una presión enorme, porque en los bordes de Bogotá la tierra por metro cuadrado se está vendiendo a unos precios muy elevados. Eso se detiene con decisiones firmes y claras para evitar que ese proceso se siga expandiendo.
¿Qué decisiones se deben tomar?
Para proteger los cerros, es importante que haya un compromiso de todos, de la Nación, el Distrito y la CAR por acopiar recursos para la compra de predios. Tenemos que coordinar esa adquisición de terrenos. Porque va a ser muy difícil que una zona de tantísimo interés urbanístico se pueda mantener en manos de propiedad privada y que aquí no pase nada y que se mantenga la filosofía de la reserva.
Como administradora de los cerros, ¿la CAR qué ha hecho hasta ahora?
Con la resolución 463 del 2005 del Ministerio de Ambiente (que redelimitó el área de la reserva forestal) hemos emprendido tres líneas de acción: primero, iniciamos el levantamiento de un sistema de información geográfica que nos permitirá ver con detalle qué hay en la reserva, y que nos servirá para la toma de decisiones. Segundo, nos hemos dedicado al control de la reserva. Y tercero, estamos construyendo el plan de manejo ambiental de la reserva.
En esas labores de control, ¿qué han encontrado?.
Además de las construcciones ilegales, hemos hallado actividades de minería, agricultura y ganadería. Identificamos 50 canteras explotadas ilegalmente y ya dimos la orden del cierre, con las alcaldías locales. Sólo hay tres canteras con títulos mineros en Usaquén, que fueron dados parcialmente y dentro de la reserva. Aquí hay un tema de derechos adquiridos y eso tendrá que hablarse con el Ministerio de Minas que los autorizó.
¿Y qué decisiones se han tomado sobre los predios que hay en la reserva ?
Por ahora, hemos visto que la mayoría son terrenos privados que se presume tienen títulos de propiedad sobre el suelo. Es algo que se debe mirar con sumo cuidado, porque en las 973 hectáreas que se sustraerán de la reserva hay 6.317 predios que pueden ser igual al número de pleitos que se pueden crear para el Distrito, la Nación o la CAR, si aquí no se toman decisiones acertadas.
Pero hay una realidad y es que crece la urbanización de los cerros...
El Estado tendrá que mirar cuánto cuesta la adquisición de predios y buscar el presupuesto. Porque lo mejor es que los terrenos de la reserva no sigan en propiedad privada.
Qué se va a hacer para que los cerros no sigan urbanizándose y continúen verdes?
Ahí esta la discusión y hay hay varios mecanismos que se podrían utilizar: uno, el Estado tendría que mirar cuánto cuestan los predios y buscar el presupuesto paa adquirirlos. Dos, mirar si es posible la compatibilidad de la existencia de personas que desarrollen actividades como agricultura y ganadería en los cerros. Este manejo se está discutiendo en una mesa de trabajo con el Ministerio de Ambiente.
Cuál es el inventario de la reserva forestalLa reserva forestal de los cerros orientales de Bogotá tiene:14.116 hectáreas en total, según resolución 76 de 1977, del antiguo Inderena.Esta área aún se mantiene, por cuanto el Tribunal Administrativo de Cundinamarca tiene suspendido temporalmente el artículo de la resolución 463 del 14 de abril del 2005, mediante el cual el Ministerio de Ambiente redelimitó el área de la reserva forestal y ordenó la sustracción de 973 hectáreas.
En esta franja hay 6.317 predios. Con esta sustracción, la reserva forestal quedaría en 13.142 hectareas. Zona de conservación: 8.237. hectáreas (62,68 por ciento del total del área de la reserva). Zona rehabilitación ecológica: 4.400 hectáreas (33 por ciento).Canteras: ocupan 99,9 hectáreas (0,76 por ciento de la reserva).Los proyectos urbanísticos: en 353 hectáreas (2,69 por ciento).
La denuncia fue hecha por la directora de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR). Aún no se sabe si son legales o ilegales.
Gloria Lucía Álvarez advirtió que tal situación requiere que el Distrito tome urgentemente medidas drásticas y de choque, para controlar las construcciones ilegales que pueden seguir extendiéndose en la reserva.
Al mismo tiempo, advirtió que si la Nación, la CAR y el Distrito no actúan coordinadamente y definen cómo proteger la reserva, los bogotanos corren el riesgo de quedarse hasta sin cerros. "La presión urbanística en una ciudad como Bogotá es tan grande, que la reserva y los cerros no se pueden defender con tres guardabosques".
La CAR es el organismo responsable de administrar las 14.116 hectáreas que tiene la reserva forestal de los cerros orientales. Y el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo le dio plazo hasta abril para expedir el plan de manejo de esa reserva.
La directora de la CAR, después de casi un año de silencio sobre estos temas, habló con EL TIEMPO sobre estos temas.
¿Cuál es el diagnóstico que tiene hoy la CAR sobre los cerros orientales?
En nuestra labor de control, hemos detectado una situación preocupante: ¡Hay 1.200 frentes de construcción en la reserva!. No sabemos si todas son ilegales. Pero es urgente tomar medidas de choque drásticas para controlar la urbanización ilegal.
¿Y quién debe tomar esas medidas?
El Distrito, que tiene la competencia para imponer sanciones urbanísticas. El control al urbanismo ilegal debe ser una de las metas más importantes que el Distrito se debe trazar.
¿Qué está facilitando esa construcción ilegal?
La indefinición en tomar medidas (mientras sale el fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca). Eso es lo que va más en contra de la reserva. Con una definición jurídica, la gente tiene reglas de juego claras: primero para que el Estado tome decisiones; segundo, para que el particular sepa a qué está obligado en una zona declarada del mayor interés ambiental por el Gobierno Nacional.
Si la CAR administra la reserva, por qué no puede controlar obras ilegales o edificaciones como las levantadas en los cerros del norte de Bogotá, cerca de la Calera y de la represa San Rafael?
La Corporación no tiene competencia por ley, para controlar la urbanización ilegal. Esa sanción urbanística le corresponde en Bogotá a las alcaldías locales, y en La Calera al alcalde municipal. Si se construyen cinco o seis pisos en la reserva, es labor de los entes territoriales controlar esas obras.
Mientras sale el fallo del Tribunal Administrativo sobre la redelimitación de los cerros y las autoridades toman decisiones, ¿los bogotanos nos vamos a quedar sin cerros?
Si no hay una acción decidida del Estado, creo que tenemos ese riesgo, porque la presión urbanística en una ciudad tan grande no se defiende con tres guardabosques. Hay una presión enorme, porque en los bordes de Bogotá la tierra por metro cuadrado se está vendiendo a unos precios muy elevados. Eso se detiene con decisiones firmes y claras para evitar que ese proceso se siga expandiendo.
¿Qué decisiones se deben tomar?
Para proteger los cerros, es importante que haya un compromiso de todos, de la Nación, el Distrito y la CAR por acopiar recursos para la compra de predios. Tenemos que coordinar esa adquisición de terrenos. Porque va a ser muy difícil que una zona de tantísimo interés urbanístico se pueda mantener en manos de propiedad privada y que aquí no pase nada y que se mantenga la filosofía de la reserva.
Como administradora de los cerros, ¿la CAR qué ha hecho hasta ahora?
Con la resolución 463 del 2005 del Ministerio de Ambiente (que redelimitó el área de la reserva forestal) hemos emprendido tres líneas de acción: primero, iniciamos el levantamiento de un sistema de información geográfica que nos permitirá ver con detalle qué hay en la reserva, y que nos servirá para la toma de decisiones. Segundo, nos hemos dedicado al control de la reserva. Y tercero, estamos construyendo el plan de manejo ambiental de la reserva.
En esas labores de control, ¿qué han encontrado?.
Además de las construcciones ilegales, hemos hallado actividades de minería, agricultura y ganadería. Identificamos 50 canteras explotadas ilegalmente y ya dimos la orden del cierre, con las alcaldías locales. Sólo hay tres canteras con títulos mineros en Usaquén, que fueron dados parcialmente y dentro de la reserva. Aquí hay un tema de derechos adquiridos y eso tendrá que hablarse con el Ministerio de Minas que los autorizó.
¿Y qué decisiones se han tomado sobre los predios que hay en la reserva ?
Por ahora, hemos visto que la mayoría son terrenos privados que se presume tienen títulos de propiedad sobre el suelo. Es algo que se debe mirar con sumo cuidado, porque en las 973 hectáreas que se sustraerán de la reserva hay 6.317 predios que pueden ser igual al número de pleitos que se pueden crear para el Distrito, la Nación o la CAR, si aquí no se toman decisiones acertadas.
Pero hay una realidad y es que crece la urbanización de los cerros...
El Estado tendrá que mirar cuánto cuesta la adquisición de predios y buscar el presupuesto. Porque lo mejor es que los terrenos de la reserva no sigan en propiedad privada.
Qué se va a hacer para que los cerros no sigan urbanizándose y continúen verdes?
Ahí esta la discusión y hay hay varios mecanismos que se podrían utilizar: uno, el Estado tendría que mirar cuánto cuestan los predios y buscar el presupuesto paa adquirirlos. Dos, mirar si es posible la compatibilidad de la existencia de personas que desarrollen actividades como agricultura y ganadería en los cerros. Este manejo se está discutiendo en una mesa de trabajo con el Ministerio de Ambiente.
Cuál es el inventario de la reserva forestalLa reserva forestal de los cerros orientales de Bogotá tiene:14.116 hectáreas en total, según resolución 76 de 1977, del antiguo Inderena.Esta área aún se mantiene, por cuanto el Tribunal Administrativo de Cundinamarca tiene suspendido temporalmente el artículo de la resolución 463 del 14 de abril del 2005, mediante el cual el Ministerio de Ambiente redelimitó el área de la reserva forestal y ordenó la sustracción de 973 hectáreas.
En esta franja hay 6.317 predios. Con esta sustracción, la reserva forestal quedaría en 13.142 hectareas. Zona de conservación: 8.237. hectáreas (62,68 por ciento del total del área de la reserva). Zona rehabilitación ecológica: 4.400 hectáreas (33 por ciento).Canteras: ocupan 99,9 hectáreas (0,76 por ciento de la reserva).Los proyectos urbanísticos: en 353 hectáreas (2,69 por ciento).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)